15 de Junio, Madrid. El iberia 1758 llega a Barajas y una controladora que está a la puerta de desembarque 541, pide muy amablemente hablar con el comandante, mantienen una conversación. Al lado del comandante se mantiene la sobrecargo asintiendo a los comentarios de la controladora, parece bastante comprensiva con la situación.
Voy a reproducir la conversación tal cual la recuerdo:
Controladora: Me llamo XXXXX y soy controladora en Barajas, vengo a hablar con usted por las declaraciones que ha hecho por megafonía, quiero aclarar que los controladores no estamos en huelga. Tenemos muchísima presión y cierta clase de declaraciones nos perjudican, hemos llegado hasta recibir amenazas. Por ello quería aclararle que los controladores no somos responsables de los retrasos y agradeceríamos que no nos culparan por megafonía.
Comandante: Yo no he culpado a los controladores he dicho control. Además tengo amigos controladores.
Controladora: Bien, puede que haya habido un mal entendido pero si dice control Madrid lo que van a entender los pasajeros es los controladores.
Comandante: Yo no tengo la culpa de lo que puedan entender los pasajeros.Además ayer me comunicaron que le dieron al avión hasta tres CTOTs, y le hicieron esperar en cabecera hasta una hora, esto es un desastre y funciona fatal. No puedo dar explicaciones por megafonía de lo que son los SLOTs.
Controladora: Los controladores no somos los que ponemos los SLOTs, y sí, está habiendo problemas pero es por una falta de personal agrabada por la retirada de los mayores de 57 años y mala gestión por parte de AENA.
Comandante: Pues que quieres que diga, no voy a ponerme a dar explicaciones, y no voy a ponerme a hablar de AENA.
Controladora: Pues yo he venido a aclararlo con usted porque lo que quiero que entienda es que los controladores no somos responsables de las demoras y si detectan problemas de algún tipo hagan notificaciones a AESA, es importante solucionar los problemas por seguridad.
Comandante: AESA, uf, la AESA no nos hacen ni caso.
Aquí, entra el segundo que lleva un rato escuchando la conversación y dice:
Segundo: Pues lo que ocurre es que las personas que le conocen estaban muy sensibilizadas.
Controladora: No lo creo, creo que si preguntaran a cualquier otro miembro del pasaje hubiera sacado de las declaraciones la misma conclusión, que la culpa es de los controladores de Madrid.
Comandante: ¡Que! ¿estaba usted en el avión?
Controladora: No, yo he sido informada por el pasaje.
Comandante: ¡Como! Pues no lo entiendo, y me acusa de que todo el pasaje me ha entendido mal.
Controladora: Yo no he dicho eso, he dicho que la mayoría del pasaje habrá llegado a la conclusión de que culpaba a los controladores y por eso hay que tener cuidado con las declaraciones.
Comandante: Pues hay que ser gilipollas para llamarle por teléfono para contarle lo que he dicho.
Controladora: Oiga, no se pase ni un ápice que yo he venido a hablar con usted muy educadamente, y he sido muy correcta. Está hablando de mi familia.
Comandante: Es que hay que ser gilipollas para llamarle por teléfono para contárselo
Controladora: Bueno pues si lo quiere entender lo entiende, y sino pues no.
En este momento nos damos los dos la vuelta y salimos por caminos diferentes.
Conclusión
Primero: El comandante estaba cabreado por salir dos horas tarde de Chicago y lo achacaba al retraso en la llegada del avión. Un retraso que probablemente se debió a la huelga de los controladores aéreos franceses, y como el mismo comandante reconoció a tener que esperar una hora en el punto de espera, seguro que por haber perdido el primer CTOT que le asignaron. Ninguna de estas cosas achacable a los controladores.
Segundo: Si el avión no pudo despegar en hora por la demora del avión en su llegada a Chicago es porque las rotaciones de iberia están super justas. Esto tampoco es culpa de los controladores.
Tercero: La conversación se mantuvo en un tono cordial hasta que el comandante cayó en la cuenta de que yo no formaba parte del pasaje, parece que lo que le sentó fatal fue que alguien se molestara en llamarme y que yo me molestara en bajar de la torre. Igual pensó que no era mala suerte sino que podría volverle a pasar.
En fin, no sé si me equivoqué al ir a hablar con él, fue una experiencia desagradable, en un momento dado me vi rodeada, por delante por el comandante, el segundo y la sobrecargo, por detrás cinco hombres con chalecos fluorescentes. En realidad me sentí fuerte, creo que porque la razón me sostenía pero no sé si volvería a tener el valor de repetirlo.
Aun así creo que mereció la pena porque sinceramente las declaraciones no le salieron gratis, y creo firmemente que se pensará lo que decir antes de volver a hablar por megafonía.
¿Estabas de servcio y te bajaste al finger?
ResponderEliminarNo, esa es la conclusión que debió sacar el comandante.
ResponderEliminarYo estaba esperando a mí familia a la puerta del desembarque. Cuando salieron me contaron lo sucedido y decidí entrar a hablar con el comandante. Previamente llamé a la torre para confirmar que tipo de demora había sufrido el vuelo. Por cierto, demora que yo también sufrí porque llegue al aeropuerto a recogerles a las 0730 y tuve que esperar hasta las 0900.