sábado, 19 de junio de 2010

VICTORIA MORAL

La cara de los abogados de AENA descompuesta cuando un juez les dijo que se bajaran del estrado. Me hubiera encantado verlo.  Incluso aunque no se gane el juicio las risas que me he echado al escuchar el relato me han hecho olvidar  todas las perrerías que nos han estado haciendo.

Tenemos una nueva heroína, que como Juana de Arco sea lanzado a defender lo suyo. Resulta que ha denunciado a la empresa porque le había denegado la reducción de jornada. Ni corta, ni perezosa y con la inestimable ayuda de Internet preparó una demanda y la presentó en el juzgado. Por lo visto,  los abogados cobraban por llevarle la demanda unos 2000 euros, y teniendo en cuenta que no es obligatoria la presencia de uno, el otro día se presento en la audiencia ella solita.

Le sentaron en una mesita pequeñita y al lado la empresa en la mesa grande con tres o cuatros abogados con su toga y todo. Después de las presentaciones nuestra heroína le dice al juez que según la ley la empresa le tenía que haber  notificado que iban a asistir con abogados y que se sentía en inferioridad de condiciones. El juez tras comprobar que lleva razón baja del estrado a los abogados que no saben donde meterse.

La abogada incluso le pregunta al juez que si se puede quedar si se quita la toga, será que en este caso era sólo el hábito lo que hacía al monje. Por supuesto el juez le dice que no.

Les da un ratito para recomponerse y nombran para que les represente a alguien que estaba con ellos. No sabemos exactamente quien era pero por las indicaciones creo que Calderín que ha acompañado a los abogados en todos los juicios a los que yo he asistido.

Pues nada empiezan las alegaciones, y el juez mira al representante de la  empresa y le dice:

  • ¿Pero usted, en calidad de qué representa a la empresa? 
  • De abogado le contesta.
  • Pues fuera de aquí que no puede ser un abogado
 ¡Ale otro para abajo!, yo no me hubiera podido contener las lágrimas de risa, pero nuestra heroína mantuvo la clama. Finalmente sube al estrado el que iba ser el testigo de la empresa, creo por los datos que era Eduardo de  Recursos Humanos de la Región Norte, pero lo mismo me da. Va el cachondo y se sienta en la mesa grande...¿Que creéis que le dijo el juez? Pues eso a la pequeña.... Para morirse de risa, claro que creo la mirada que echo sobre nuestra heroína iba más envenenada que la manzana de Blancanieves.

Finalmente, ya sí empiezan las alegaciones, como base de toda la defensa sostienen que tienen que cumplir la ley, y el personaje ni corto ni perezoso le dice al juez, entre otras joyas  que no le pueden conceder la reducción de jornada que ha pedido porque no le podrían poner servicios express. ¡Y se queda tan ancho!

En fin, no sabemos que dictará el juez, espero que sea razonable y le de la razón a nuestra heroína, sería muy importante para nuestra moral pero sobretodo para que estos cenutrios vieran que la ley no les da derecho a abusar de nosotros de esta manera.

1 comentario:

  1. Esa es la mejor manera de luchar contra la injusta situación en la que os encontrais. Mucho ánimo!

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