Se me escapo entre los dedos su último aliento, recuerdo sus manitas con los dedos largos como su madre y sus ojos chicos que intentaban abrirse. Con sus brazos rodeaba a su padre, cubriéndole las costillas intentando que supiera que le reconocía.
Nunca vio la luz del sol, ni pudo respirar al aire libre, sólo conoció una pequeña habitación llena de incubadoras y a sus padres, abuelos y algún tío. Pero recuerdo su media sonrisa, aquella que dedicó a su madre recién acabó de mamar con la satisfacción de saberse querida.
Se nos fue dejando el vacío en nuestros corazones, y la tristeza en los ojos de sus padres, las lágrimas que jamás se podrán enjuagar. Pero nos dejó la alegría de conocerla, la satisfacción de saber que fue feliz mientras vivió.
He tenido un sueño, veo la mano de Dios que cubre su pequeño cuerpo por completo, la veo sonreír y sé que está bien. Sé que llegará el día que volveremos a disfrutar de ella, y ella nos reconocerá. Al oscurecer cuando mi casa se queda en silencio aun derramo alguna lágrima por ella, pero la recuerdo como un ángel querubín flotando en las nubes, tan feliz como lo fue entre los brazos de sus padres.
Desde aquí mi pequeño homenaje a Paula, que con sólo 20 días de vida se nos fue.
Estos sinvergüenzas a base de decretos y leyes, estos ladrones que nos robaron parte de nuestras vidas y sobretodo que nos han privado de nuestro tiempo, sé que nos ha dejado a todos sin alegría, angustiados por el porvenir, las deudas, la incertidumbre y el desasosiego. Sé que hay muchos de nosotros que estamos desolados, algunos con depresiones y hasta cayendo enfermos. Pero no dejéis que os roben la alegría de vivir, no permitáis que os roben el tiempo junto a los seres queridos. No dejéis que los turnos, las legalidades y los compromisos os roben parte de los veinte días que podéis disfrutar de vuestros seres queridos. Qué si ocurre la mayor desgracia que se me ocurre podáis mirar atrás y decir. Al menos el tiempo que vivió le hice feliz.
Ánimo a todos, que la lucha no ha hecho más que empezar.
hace más de un mes que escribiste esta entrada, y hasta hoy no la había leído. Me he encontrado con una historia triste pero esperanzadora, de alegría de aprovechar el momento, de vivir la vida al máximo. No sé qué más puedo decir. Descanse en paz.
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