LA VERDAD DE LO QUE OCURRIÓ EL 3 DICIEMBRE

CONTROLADORES AÉREOS, LA VERSIÓN DE LOS VENCIDOS

PUBLICADO POR VEGA MEDIA PRESS

el 03/01/2011

Olivia Núñez Azpeitia es controladora aérea. Como la versión de los vencedores en el conflicto de los controladores es conocida de todos, Vegamediapress ha pedido su opinión a los derrotados en esta guerra y Olivia Núñez Azpeitia, controladora de Madrid, amablemente ha accedido a nuestra solicitud y nos envia la versión de los "cautivos y desarmados", es decir, de los perdedores. Por cierto nos cuenta la autora que Rubalcaba es hijo de controlador aereo, cosa ignorada del gran público. Esta es su historia... Un mes después del paro del 3 de diciembre seguimos en estado de alarma, y los controladores seguimos militarizados. En la prensa se multiplican las amenazas de embargo a nuestros bienes y se nos reitera que algunos iremos a la cárcel.  Todo por haber aguantado la embestida de los “mercados” hasta más allá del aguante del cuerpo. Y somos nosotros quienes siguen organizando el tráfico aéreo en el país lo mejor que podemos dadas las circunstancias. ¿Qué pasó el 3 de diciembre? ¿Había ocurrido antes? ¿Por qué no convocaron los sindicatos huelga legal? ¿Es que los controladores despreciamos el estado de derecho? O, peor aún, ¿queremos destruir el sector aéreo en España si no se atienden nuestras demandas? ¿Es necesario el estado de alarma? Y en cuanto se levante, ¿se parará el tráfico aéreo de nuevo? El 3 de diciembre: la realidad El consejo de ministros aprobó un real decreto de muy largo alcance: no sólo se decretaba la privatización exprés de Aena y de las Loterías, se eliminaban los 426 euros de subsidio a los pobres, se subían los impuestos del tabaco y se cargaba el sistema de pensiones de jubilación de Muface, integrándolas en el sistema general, acabando con parte de los "privilegios" de los funcionarios de nuevo ingreso.  En ese decreto cuatro líneas "clarificaban" el cómputo de la jornada de los controladores. La clarificación consistía en autorizar a la empresa a reprogramar los días de baja, licencias de cualquier tipo - incluida la de maternidad-, permisos sindicales y de lactancia, reducciones de jornada por guarda legal, etc. La reprogramación convierte una licencia en un préstamo. Desaparece en realidad la licencia, baja o permiso, porque se devuelven las jornadas. En algunos casos con intereses, porque en casos de reducción de jornada se habría cobrado de menos, y Aena sólo en algunos casos compensaría la diferencia. En el caso de las bajas esto una estafa flagrante a la Seguridad Social, que cubre el salario de esos días de baja o esas licencias de maternidad. Como no dejas de trabajar esos días, sino que los retrasas, finalmente la Seguridad Social es quien financia la “ingeniería laboral” de Aena. Esto que cuento parece difícil de creer, pero está en el BOE del 3 de diciembre. Traducido al leguaje laboral normal, si un trabajador tuviera una baja de 5 días, de lunes a viernes, pues tendría que recuperar esos días trabajando sábados y domingos, que son los días que tiene libres. Un tribunal les hubiera dado la razón, ¿por qué parar, entonces? Eso nos dice mucha gente, que si fuera verdad que el decreto dice eso, que es claramente contrario al estatuto de los trabajadores, pues lo suyo hubiera sido ir a los tribunales y que un juez hubiera puesto, por fin, en su sitio al gobierno. Pero todo tiene sus matices: los controladores tenemos unos 800 juicios pendientes por diversas violaciones de la legislación laboral. La política general de Aena es incumplir y que reclamemos. La justicia es lenta, y el gobierno puede hacer que sea aún más lenta, y de este modo ellos van sacando el servicio adelante. El motivo del despropósito en la contabilidad de horas es que una realidad superior ha obligado a “estirar” la legislación (por sexta vez este año, es el quinto decreto en el año 2010 que regula nuestras condiciones de trabajo, y también hubo una ley) jornada. El tráfico aéreo no hubiera podido continuar ni siguiera con simulada normalidad hasta fin de año, porque demasiados controladores iban alcanzando su jornada máxima. La falta de jornada disponible para 2010 había empezado ya a provocar cierres parciales del espacio aéreo, que no hubiera producido un paro total pero sí serias demoras crecientes hasta el 31 de diciembre. Y todo esto a pesar de que los controladores españoles tienen sus jornadas reguladas por decreto, un 40 % por encima de sus colegas europeos, que las tienen reguladas por convenio. ¿Sabía el gobierno que iba a provocar un paro? Parece claro que sí, lo sabía y lo buscó en el día que más daño hacía a la población. El día que más odio visceral hacia los controladores generaría. Buscaron un día en que los afectados fueran mayoritariamente españoles, conviene que en Europa se sepa lo menos posible de estas chapuzas, y por eso escogieron un puente nacional, el de la Constitución, ironías de la vida. Desde octubre había habido dos amenazas de paro parcial, por otros motivos de tensión. En ambas ocasiones Aena/Fomento reculó, dando cuerda al colectivo. Nos sentíamos cada vez más acorralados, pero nos sentíamos fuertes, sentíamos que podíamos enfrentarnos a la injusticia, porque por dos veces cuando dijimos no conseguimos algo. ¿Por qué no convocaron huelga? Porque no servía para nada. Siempre que hay huelgas generales, incluida la del pasado mes de septiembre, nos nombraban unos servicios mínimos que llegaban en algunas dependencias al 110% (efectivamente, nombraban plantilla un 10% superior a la de un día sin huelga). Y encima como el mero anuncio de huelga de controladores produce un descenso en las reservas, nos habían amenazado repetidamente con un laudo inmediatamente después de la convocatoria, no pensaban darnos ocasión de recurrir los servicios mínimos por abusivos (hay jurisprudencia al respecto de los años 80), volver a convocar la huelga y exigir entonces servicios mínimos normales, dentro del habitual 50 % que tienen en Francia, por ejemplo. Mucha gente en España se pregunta ya por qué no hay una ley orgánica de huelga, como manda la constitución, que permitiera canalizar de un modo civilizado conflictos laborales. La propaganda no cesa de preparar a la opinión pública para que cuando llegue el momento de hacer esa ley, queden fuera todos los colectivos que realmente hacen daño con la huelga. ¿Alegaron enfermedad? No, alegamos indignación, falta de concentración, falta de condiciones, algunos lloraban y gritaban, otros tenían la mirada vacía. El paro se desencadenó en el centro de control de Madrid, desde donde se controla la aproximación a Barajas y el tráfico en ruta desde el Atlántico hasta Zaragoza. A última hora de la mañana se filtró una primera versión del decreto, en papel oficial de Aena. Se nos avisó de que no se había publicado en BOE, y que esta era la versión si "éramos buenos", pero que si había problemas sacarían otra versión peor, también aprobada en el Consejo de Ministros (esto es una irregularidad escandalosa, pero nos lo dijeron de palabra, no tenemos pruebas, y el papel de Aena no tiene hora ni fecha). El ambiente en la sala de control era de tensión extrema, y a las 15:00 aproximadamente hubo una casi colisión de un avión de Iberia con un helicóptero militar en las cercanías de Getafe. El avión de Iberia evitó la colisión con una brusca maniobra en el último momento. La desesperación y la impotencia se extendieron como la pólvora, y los gestores de Aena mandaron mensaje a Eurocontrol (el organismo que regula la cantidad de tráfico que puede venir en cada momento) para reducir el tráfico un 20 % por motivos de seguridad. Se pudieron ir cerrando algunas posiciones de control, permitiendo que se levantaran los que estaban más nerviosos, llorando, etc. En poco menos de media hora Aena decidió cerrar todo el espacio de Madrid a las 16:00, y al poco el del resto de España. Incluso los controladores que hubieran querido seguir trabajando no pudieron. La decisión de Aena de no permtir ningún vuelo les dejó sin aviones que controlar, y los sectores se fueron integrando como se hace todas las noches, hasta dejar sólo unos sectores de contingencia, que fueron atendidos en todo momento. Aena forzó a que el cierre fuera lo más brusco posible, obligando a volver a la terminal a aviones que ya estaban con el pasaje embarcado y rodando por Barajas. Mientras tanto los medios de comunicación, y notablemente la televisión, animaba a la gente a ir a los aeropuertos, negando el paro, para provocar el mayor daño posible. Una pesadilla. Aena no intentó en ningún caso intentó localizar a otros controladores para que sustituyeran a los que estaban, ni por teléfono ni por los habituales sms que nos mandan casi a diario para pedirnos que hagamos horas extras. Como en las dependencias de control se graba todo por si hay un accidente, suponemos que algún día si un juez decide investigar en serio se destapará cómo fue el cierre de verdad. De todos modos hay muchos testigos, y es imposible que los callen a todos. ¿Y después? En el centro de control de Madrid había muchos controladores que no estaban de servicio ese día, porque había una asamblea convocada para esa mañana. Era una asamblea con posibilidades de derivar en “asamblea permanente”, o sea de nos quedáramos concentrados allí, y por eso se había reservado una sala en el hotel Auditorium, por si nos echaban del centro de control. Durante el último trimestre ha habido otras dos asambleas permanentes, y las otras dos no derivaron en paro ni en ninguna otra consecuencia para el tráfico, por lo que no han trascendido. El motivo de la asamblea era que Aena había amenazado vagamente con tomar represalias contra los compañeros de Santiago que había dejado de acudir a su trabajo al ir cumpliendo la jornada total, y un par de días antes se había votado en otra asamblea apoyo incondicional a quienes estuvieran en esas circunstancias. El apoyo incondicional no teníamos claro en qué consistía, pero como el día anterior se corrió la voz de que el consejo de ministros podía sacar algo al respecto, pues lo que se nos ocurrió para apoyarlos era reunirnos todos a la misma hora que el consejo de ministros, que es un modo de presión pacífico. El caso es que después de que Aena cerrara el espacio aéreo se vio que la cosa iba para largo, y decidimos ir yendo al hotel. Al poco rato el hotel se empezó a llenar de pasajeros enfadados, que nos insultaban, dificultando aún más la resolución del conflicto. La policía evitó que nos atacaran y se portó ejemplarmente con nosotros. Por la noche por fin, alrededor de las 21:30, se publicó el BOE con la versión "dura" del decreto, que incluía que a partir de entonces dependíamos de Defensa. Esto es independiente del Estado de Alarma, aún cuando lo quiten y dejemos de estar "movilizados"  dependeremos de defensa, como personal civil. Esto es una vuelta a los orígenes, en los años 70 el control dependía de Defensa y fue un avance democrático el paso a Transportes. En general, el control aéreo civil sólo depende de la autoridad militar en los países tercermundistas. Toda España está asistiendo a la recuperación de términos que creíamos ya obsoletos para siempre: sedición, pulso al estado, militarización, estado de Alarma, Ley Penal y Procesal de la Navegación Aérea (preconstitucional y que alguien ¿olvidó? Derogar), ... La noche fue de pesadilla, un impasse en que nos empezábamos a preguntar dónde estaban nuestros líderes sindicales, por qué no daban la cara por nosotros nuestros comunicadores habituales y cuándo y cómo podíamos volver a trabajar, y de qué manera. Por la mañana nos echaron del hotel, por los pasajeros, decían. Fuimos en caravana al centro de control a las 7 de la mañana, había policías y militares. Dejaron entrar a unos cuantos y luego, no sabemos por qué, cerraron la entrada. Mirábamos al cielo, no veíamos aviones, teníamos miedo, empezábamos a tener mucho miedo y a estar muy cansados. No sabíamos a dónde ir. Fuimos al parking de un centro comercial cercano, el Parque Corredor. Unos 50 coches. Hacía mucho frío. Se corrió la voz de que ya dejaban entrar en el centro de control. Volvimos de nuevo en caravana. Desayunamos y no nos entraba la comida ni la bebida. Nos reunimos en asamblea. Nada. No se sabía nada. Se decía que la Junta Directiva del sindicato estaba moviéndose de un sitio a otro, huída, porque le iban a detener. La mujer de Camilo Cela, el presidente del sindicato, llamó diciendo que no sabía nada de él desde la noche anterior. Vagamos por el centro de control. En la tele salió Rubalcaba, hijo de controlador, por cierto, diciendo lo del estado de Alarma. Llegaban noticias de Francia y Portugal, que nos iban a apoyar, que iban a hacer algo, no sabíamos qué. A las 11 en punto en Madrid y en los otros centros de control de España vimos con extrañeza cómo varios compañeros empezaron a actuar de una manera que parecía coordinada, todos a la vez. Cogían un móvil y decían que estaban hablando con tal otro centro de control y que allí ya se estaba moviendo tráfico. Eran mentiras, todo el mucho tenía un conocido en otro centro que le confirmaba que nada, que no se movían aviones en ningún sitio. Así estuvimos dos horas, hasta las 13:00. En la puerta del centro de control había cámaras de televisión. De la "primera". Salimos, querían hablar con algún controlador. Los que querían hablar no pudieron porque los compañeros no les dejaban, hasta ese día los controladores seguíamos una férrea disciplina en la comunicación, dejando todo en manos de nuestros portavoces oficiles. Declaramos que no sabíamos dónde estaba Camilo y nos temíamos que podía estar detenido o desaparecido. No salió en antena, pero al poco rato llegó un coche con cristales tintados y salió un Camilo que parecía tener 20 años más encima. Según salió se inclinó para un lado, parecía que se iba a caer, tenía la mirada perdida y agotada, unas 20 personas corrieron a abrazarle, no hablaba, tenía un nudo en la garganta, lloraba. Se repuso como pudo, le molestaba la luz, se rehizo un poco y empezó a hablar muy despacio, como si estuviera drogado. “He visto cosas que no puedo contar”, nudo en la garganta otra vez, y siguió "Han decretado el estado de excepción, pero van a decretar el estado de Alarma. Debéis saber lo que es ". "Debéis saber lo que es", repitió,"Estamos militarizados todos, y los que faltaron ayer al trabajo serán detenidos, y lo peor viene después" "Lo peor viene después, " repitió. "Estaréis detenidos solos, y vendrán y os ofrecerán tanto, si subes (a controlar) y se acabó la sanción, y no sabréis lo que están haciendo los demás" Y después añadió: "Y vienen embargos, de bienes y de todo lo demás". "Nos podemos encontrar dentro de cuatro días en la cárcel y sin posesión ninguna" "En el estado de alarma los embargos son irrevocables, aunque luego volviéramos a trabajar nunca nos devolverían nuestras casas. Francisco Maroto,el abogado que le asesoraba, le daba la razón y asentía, "sí, irrevocables, no se pueden echar atrás". Esta primera parte de la comparecencia de Camilo está en youtube, lo que viene después supongo que también está grabado, pero no se han atrevido a colgarlo. Como ni los embargos ni la cárcel convencían a la gente, continuó "Y sin hijos, si queréis volver a ver a vuestros hijos tenemos que parar esto" "Estaremos en la cárcel y sin hijos" y otra vez más, llorando "Volver a ver a nuestros hijos".   Y ahí cedimos. No fue el miedo al despido (ni se molestaron en amenazarnos con eso, ni un controlador fue despedido), ni a perder nuestras casas, sino esa increíble amenaza de que si no volvíamos a mover aviones no volveríamos a ver a nuestros hijos. Sé lo que están ustedes pensando, que fue una amenaza absurda, que no la hubieran cumplido, etc. Hay que verse en la situación, el hecho es que los controladores creyeron que podía ser cierto. ¿Se referiría a que nos meterían en la cárcel, y los divorciados perderían la custodia de sus hijos? Incluso todas las parejas de controladores (en este colectivo, como en muchos otros, hay bastante endogamia) perderían a sus hijos porque estarían ambos, padre y madre, en la cárcel. ¿O a que iban a montar un dispositivo de terrorismo de estado y empezar a secuestrar hijos de controladores? En los años 70 en México hubo una situación similar, y los controladores volvieron al trabajo porque enviados del gobierno les enseñaron fotos de sus hijos y les dijeron que si querían volver a verlos debían trabajar de nuevo. Esto es algo que todos los controladores sabemos, y en México nuestros compañeros se lo tomaron muy en serio, y volvieron al trabajo. ¿Será qué España ya está al nivel de aquel México de los 70?   ¿Están militarizados los controladores españoles desde entonces? Sí, desde entonces. Pero es una militarización muy rara. Al principio teníamos dudas de si podíamos hablar en los medios. Parece que lo han aclarado con una nota de que somos militares sólo en el puesto de trabajo. Bueno, ni eso, lo único es que si no cumplimos órdenes, pues entonces nos aplican el código penal militar. Sedición, mótín, consejo de guerra, la justicia será laxa con quienes denuncien a los cabecillas. ¿Les suena? ¿Tienen los teléfonos pinchados? Sí, hace muchos meses. El control aéreo es una actividad estratégica, y debe haber un control general para que no se infiltre un terrorista. Un atentado que dejara fuera de servicio un centro de control sería de consecuencias gravísimas para el país, y podría  acabar en accidente aéreo, puesto que una interrupción del servicio repentina dejaría a los aviones que estuvieran volando en ese momento en una situación muy complicada. Ahora ha salido a la luz que nos tienen “escuchados” desde el 3 de diciembre. Nosotros sabemos que hace mucho más. El dispositivo inicial de mantener una vigilancia por motivos de seguridad ha sido aplicado para efectuar una vigilancia de la actividad sindical y personal de todos nosotros, que vivimos un estado paranoico en que no nos atrevemos a comunicarnos con libertad. Después de un ataque mediático, legislativo y normativo sistemático en los últimos meses, es normal que los controladores planifiquemos algún tipo de acción sindical. Esto es la normalidad democrática, y así lo ven quienes son de verdad demócratas. La democracia no es una palabra, sino un modo de vida, un modelo de sociedad en que hay unas reglas para solucionar los conflictos, y las palabras huelga, convenio colectivo y acción sindical están en el vocabulario democrático. ¿Cuánto gana un controlador aéreo español?   Somos 2.400 y la masa salarial total aprobada para el año 2010 por Aena (esto está incluido en los presupuestos generales del estado) es de 480 millones de euros. La media aprobada es de 200.000. Sin embargo, los sueldos realmente percibidos en el año 2010 han sido de 50.000 a 180.000 euros, y de la masa salarial total se ha consumido una cantidad muy inferior a la aprobada, aunque no sabemos realmente cuánto dinero se han gastado en total en nuestros salarios, suponemos que rondarán los 320 millones de euros. No sabemos qué ha pasado con ese dinero ni qué se va a hacer con él, pero estamos seguros de que no nos lo van a pagar.   ¿Piden los controladores un aumento de sueldo?   No, en todas las actas de la mesa negociadora queda reflejado que los representantes de los controladores aceptan la masa salarial propuesta sin discusión alguna.   Si no piden más dinero, ¿piden los controladores trabajar menos cobrando lo mismo?   Ell número de horas máximas que tenemos que trabajar anualmente quedó establecido por decreto ley y luego por ley, y sabemos que es inamovible por el momento, aunque es totalmente impresentable que tengamos que trabajar hasta un 40 % más que nuestros colegas europeos. El 5 de febrero el gobierno "socialista" anuló nuestro convenio por decreto, y el país aplaudió con las orejas. Después la gente se fue dando cuenta de que detrás del nuestro iban a ir todos los demás convenios colectivos, hasta el punto de la reforma laboral legalizó explícitamente la violación de los convenios si la empresa tenía dificultades. Lo de las dificultades en las empresas es una cosa un tanto manipulable, y en cualquier caso autorizar a una de las partes a saltarse un contrato de modo unilateral es una injerencia brutal del derecho privado en el derecho público. Es algo así como si yo me compro una casa y firmo una hipoteca y después decido no pagar al banco porque tengo dificultades económicas. Muy bien, pues el contrato dice que entonces me embargan la casa y la subastan, y si aún así no cubren el dinero que me dejaron pues me embargan otras propiedades o mi sueldo.   Los controladores aspiramos a llegar a un acuerdo que reduzca progresivamente las horas de trabajo hasta llegar a un nivel europero. Hemos repetido hasta la saciedad que aceptamos sin discusión un esquema que nos permita llegar en un par de años al convenio portugués, francés, alemás o inglés, con sus horas, sus cifras y sus jubilaciones. Nos vale cualquiera, cada uno tiene sus cosas buenas y malas.   ¿Por qué no se van los controladores, si están tan mal?   El estatuto de los trabajadores prevé que los trabajadores se "autodespidan" con la indemnización correspondiente en caso de cambio de las condiciones laborales. Aproximadamente el 35 % de la plantilla de controladores ha pedido ese autodespido, y los jueces se lo han negado a todos. Motivo aducido: las condiciones han cambiado, pero los controladores no tienen ese derecho porque no, punto y pelota. ¿Ciudadanos de segunda? Esperamos que algún día se gane en algún tribunal que sea un poco más independiente.    Muchos controladores están buscando alternativas. Para nosotros marcharnos es marcharnos del país, porque el problema no es de Aena, sino del marco normativo único en Europa que ha ido destruyendo nuestra profesión y nuestros derechos como ciudadanos en los últimos meses. La última está pendiente de ser aprobada en el Senado, una modificación que incluye multas de hasta 400.000 euros si el médico de empresa considera que un solo día alegas estar indispuesto y esto es falso. Ojo, el médico de Aena juzga si a ti te duele la cabeza o no y si le parece que no y tú dices que sí te multa con 400.000. Nos aseguran que no se va a aplicar, que es para evitar que pase de nuevo lo del 3 de diciembre, que sólo se aplicará si es una acción sindical encubierta. Según su criterio, claro.   ¿Por qué no quitan el estado de alarma? ¿Pararían de nuevo si lo quitaran?   La respuesta es que no sabemos por qué no lo quitan, y que no se plantea otro paro parecido. Hay muchas especulaciones. Dicen que si Zapatero está fuera de combate y Rubalcaba no quiere que dimita, y montó esta escenificación para evitarlo (en Estado de Alarma no se pueden disolver las Cortes, ni convocar elecciones). También se oye que en el consejo de ministros de después de Navidad van a tomar medidas durísimas para abordar la crisis, y tienen miedo de que la población e eche a la calle, y pretenden que el estado de alarma sea disuasorio. Otros tienen interpretaciones más centradas en nuestro conflicto, y piensan que el Estado de Alarma es para que acabemos aceptando un convenio que legitime el marco normativo que nos han impuesto disfrazándolo de negociación colectiva.   ¿Y ahora qué? La privatización exprés de Aena está avanzando a pasos agigantados aprovechando el Estado de Alarma. El resto de trabajadores de Aena ve como peligran sus puestos de trabajo, pero no se atreve a moverse, tras ver lo que nos han hecho a nosotros. Algo parecido pasó en Estados Unidos tras la machada de Reagan de despedir a quienes no volvieron a sus puestos de trabajo tras la huelga. Aquello supuso un retroceso general de los derechos de los trabajadores en aquel país. Lo que muy poca gente sabe es que después de aquello se multiplicaron los incidentes aéreos, y hubo una colisión en vuelo, en la que se vieron implicados aviones con pocos pasajeros. Gracias a que el número de víctimas fue pequeño, se pudo minimizar la repercusión mediática del mismo. La mayor parte de aquellos despedidos volvieron a ser contratados, a pesar de las declaraciones de Reagan prometiendo que nunca volverían a trabajar como Civil Servants. Y tampoco se sabe que muchas de las reivindicaciones de aquellos huelguistas fueron recogidas progresivamente por la FAA (la aviación civil americana), porque los americanos son muy pragmáticos. Los controladores y el gobierno estamos condenados a entendernos, y esta crisis se superará de alguna manera. Pero más allá de nuestro caso particular, nos aterroriza lo que hemos visto. Estamos asistiendo a la destrucción del estado de derecho y al aplastamiento de las libertades individuales de los españoles. A pesar de la manipulación de los medios, es ya un clamor que esto no va sólo con los privilegiados de los controladores, sino mucho más allá.